"El mundo está a oscuras no tanto por el mal que hacen los malos, como por el bien que dejan de hacer los buenos." Martin Luther King
La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) son las
señales u orientaciones para todas las personas,
creyentes o no, preocupadas e interesadas en conseguir una sociedad más humana,
digna de los hijos de Dios. Estas orientaciones sirven de guía para los
distintos campos (económico, político, social, cultural…) donde se mueve la vida
humana y para las instituciones y personas que están al servicio de la felicidad
de los seres humanos.Se basa en los seis principios:
1. La dignidad de la persona
humana.
2. El ser humano es un ser
social.
3-4. El bien común, la
solidaridad y la subsidiariedad.
5-6. El destino universal de
los bienes y la opción preferencial por los pobres.
La doctrina social trata diversos temas, en
esta ocasión nos centraremos en las diferencias sociales y económicas entre los
pueblos. Este problema nos habla de la separación que se ha producido en los
países debido a que unos están más retrasados o avanzados respecto al resto. Los
términos, primer mundo, segundo mundo y tercer mundo se usaron para dividir al
mundo en diferentes clases sociales.
El término Primer Mundo se refiere a aquellos países que han logrado un alto
grado de desarrollo humano (IDH), disfrutan de los más altos estándares de
vida, posible gracias a una buena distribución de la riqueza, sanidad,
esperanza de vida y calidad de los servicios.
El Segundo Mundo se diferencia del primer
mundo por su rechazo a la cultura liberal y al capitalismo abierto y del tercer
mundo por su nivel educacional, el tamaño del Estado y el mayor poder relativo.
Actualmente se considera Segundo mundo a los países que son economías
emergentes, como China, Mexico, India, Brasil, etc. Estos países se
caracterizan por un acelerado aumento económico y se consideran en un futuro
cercano países de primer mundo.
Actualmente el término Tercer Mundo se utiliza para referirse a los países periféricos
subdesarrollados o "en vías de desarrollo", en contraste a los países
desarrollados; en este último sentido actual, el término es utilizado a veces
para referirse en bloque a todos los países no desarrollados, y a veces, para
referirse sólo a los que registran los peores índices de desarrollo humano y
económico.
El cuarto
mundo se refiere a la población que vive en condición de desprotección o
riesgo social en áreas pertenecientes al primer mundo. También se habla de cuarto
mundo para separar a los países en estado de marginalidad y precariedad
absoluta de los países en desarrollo y los emergentes. Así, en esta tesis, el
cuarto mundo también estaría compuesto por países tales como Zambia, Costa de
Marfil, Haití, Guinea, Sudán, Etiopía, entre otros. Dentro de la categoría
podemos encontrar: ancianos desamparados, viudas y madres sin medios económicos,
niños abandonados, explotados o prostituidos, marginados sociales (personas sin
hogar y mendigos, personas sin protección oficial, familias desestructuradas).
Ante este problema la Iglesia no puede ni debe
quedarse de brazos cruzados. En España están ocurriendo estas diferencias
aunque pueda parecer “exagerado” decirlo. Si nos paramos un momento a mirar y
analizar con detenimiento y una actitud crítica el país en el que vivivimos,
que nos rodea podríamos darnos cuenta fácilmente que dentro de España hay un “primer
mundo”, que estaría integrado por la monarquía, los políticos y poseedores de
grandes fortunas, un “segundo mundo” que sería la clase media que por suerte
tiene trabajo y como no un “tercer mundo”. Este último lo integrarían los
millones de parados y personas que han sido desahuciadas u obligadas a vivir en
la calle, quedando olvidados y desprotegidos, sin ningún derecho ni poder. Ante
esto la Iglesia no se ha quedado indiferente ni de brazos cruzados, sino que,
ha colaborado dentro de sus posibilidades y continúa haciéndolo en comedores sociales,
albergues, otorgando apoyo moral… a todas esas personas necesitadas.
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